lunes, 17 de diciembre de 2012

Capítulo 1; Sin fin


Empiezo a oír a madre gritar desde el otro lado de la puerta de mi habitación para que me levante, tengo que ir a la escuela, pero no me apetece tener que volver a ver a eso riquillos que nos hace la vida imposible porque saben que somos comerciantes y que nos ganamos la vida trabajando, no como ellos, pero no me queda mas remedio, empiezo a estirarme y al final acabo levantándome aunque tenga frío, en los últimos días ha llovido muchísimo, algo normal en esta época del año, otoño, y empieza a hacer húmeda, me siento en mi cama y me pongo observar mi pequeño cuarto mi cama, mi pequeña mesa, mi silla llena de mis cosas y la lámpara que me compro ayer padre con los pocos ahorros que teníamos en la tienda del padre de Hunter. Mientras madre me sigue gritando para que salga porque se me hace tarde, me levanto me visto rapidísimo con mi pantalones favoritos ya rotos y mi camisa de siempre que no me favorece pero es una de las pocas que tengo y no tenemos dinero para comprar mas, voy a  la cocina, beso a madre, a padre y a mi pequeña hermana Lucy y me marcho corriendo escaleras abajo para llegar a tiempo y encontrar a Bibiana para poder irme con ella.
            Al principio no puedo ni caminar con toda la gente, algo normal a esta hora punta, pero me pongo a abrirme paso dando codazos aunque la multitud se queje, veo como van abriendo las tiendas en la calle principal, caracterizada por su variedad de tiendas, gente extraña y por su poca limpieza y al final de todo veo a Bibiana señalándome y acercándose hacia mi.
            -¿Dónde estabas? Llevo esperándote más de media hora y ya sabes que no me gusta estar en esta calle sola, hay tanta gente, umm… rara- tan impaciente como siempre- y encima Hunter tampoco ha llegado como no nos vayamos ya vamos a llegar tarde y ya sabes como se  pone la profesora.
            -Buenos días para ti también amor mío, ¿has tenido una buena mañana?- le digo riéndome, ella me mira como si quisiera matarme pero después acaba riéndose y hablándome de el trabajo que tenemos que entregar hoy, y de su nuevo novio, etc., di gracias al cielo de que Hunter apareciera en el mejor momento
            -Lo siento, pero padre no me dejaba salir hasta que recogiéramos toda la mercancía de hoy.
            -Ah no te preocupes, tampoco has llegado tan tarde- le intente quitar hierro al asusto, se todos los problemas que tiene con su padre, pero Bibiana, no.
            - Si discúlpate llevo esperándoos  muchísimo rato y ustedes que no aparecíais, siempre igual, mañana llegare yo tarde- Hunter y yo nos miramos y caminamos hacia el colegio sabiendo de que nunca lo haría, siempre le gusta ser puntual y tener todo bajo control.

            En frente de mi empieza a aparecer un hermoso colegio, bien pintado, rodeado de un gran jardín alrededor, con una cancha de fútbol alucinante, baldosas bien limpias, y alumnos bien vestidos, con sus uniformes inmaculados, es una estampa preciosa pero a la vez decepcionante, ver a tanta gente rica y nosotros que ir a  un edificio desvencijado en el que te puedes morir de frío en invierno o de calor en verano, te pueden aparecer bichos en cualquier lado, esa es la gran diferencia mi colegio es para sirvientes y comerciantes en resumen gente de poca clase, y el otro es para los nobles, los hijos de soldados que se van a alistar al ejercito y incluso es el colegio del hijo de la reina, el príncipe.
            Bibiana, Hunter y yo pasamos rodeándolo para no tener un encuentro con ellos y no tener que aguantar todos los insultos que nos dicen porque no les podemos contestar por ser de “una categoría social mas alta que la nuestra” pero aún así no puedo evitar  mirar hacia allí para ver si lo encuentro y poder verle al menos una vez.