lunes, 29 de abril de 2013

Capítulo 2; Sin fin


          Un día mas me levanto con la ropa ya puesta, desayuno con la comida servida, voy a la escuela y entrenaré para el ejército, volveré a casa y haré lo que quiera, es una asquerosa rutina que casi nunca varia, pero hoy si.
            Llego a la escuela tarde, muy tarde, padre y yo hemos decido ir a buscar el regalo de cumpleaños de mi hermana, el collar de zafiros que ella quería, hoy es su fiesta de 17 años y tenemos que celebrarlo a lo grande. Entro en el aula y veo a mi profesor de matemáticas explicando, me  mira, pero no dice nada, así que me siento en mi mesa tan tranquilo, a el le da igual, los profesores simplemente están para controlarnos y darnos clase, pero con una sola queja de nosotros, los echan a la calle. Nos pasamos toda la mañana allí, matemáticas, lengua e historia de nuestro país, demasiado aburrido para ser verdad Cuando por fin nos dejan respirar decidimos jugar al rugby, es la única forma de descargar el estrés, y después vuelta a empezar hasta acabar nuestra jornada, demasiado larga.
            Termina y salgo hablando con Missy, la chica con la que llevo coqueteando desde hace tiempo. Quiere que la invite al cumpleaños de mi hermana para “pasar un tiempo juntos”, pero ella y yo sabemos que solo quiere impresionar a mi madre para que me presione, y así formalizar nuestra relación, pero por ahora no me interesa lo suficiente. Empiezo a esperar a Scott, para ir a los entrenamientos pero, de repente le oigo chillar mi nombre y me acerco para ver que le pasa, porque llegaremos tarde y ahí si nos pueden castigar, le digo:
            -¿Qué haces? tenemos que irnos.
            -Josh ya voy, espera un momento, estoy esperando a Bibiana que no sale- Siempre intentando ligar con todas las chicas.
            -Sigues con lo mismo- le digo- quieres estar con una sirvienta ahora, eres increíble- Ni él, ni yo hemos estado con ese tipo de mujeres, no es que sean feas, pero somos de mundos diferente- Sabes que esa chica lo único que quiere es tu dinero ¿verdad? Ya lo intento con Marcus y ahora contigo…
            -Si, sigo con lo mismo, tu estas con Missy ¿no? ¿Por ciento como esta?- me mira riéndose sabe como molestarme- Además, no me voy a enamorar ella, por favor, solo quiero saber como son y como reaccionan, después ya la dejare, que mas da, solo quiero pasar un buen rato ¿es tan difícil de entender?- Scott siempre se ha caracterizado por este tipo de cosas que al final siempre acaban dejando a la chica destrozada pero a el no le parece incomodar.
            -Has lo que quieras, pero date prisa o me voy si ti- veo como una chica de pelo negro azulado, bajita, pero muy flaca se acerca hacia nosotros saludando, se tira a los brazos de mi amigo y dice:
            -Me has esperado Scott, así que si te importo algo, ¿no?- Le mira, le sonríe y se gira hacia mi- Hola, eres Josh ¿verdad? Te conozco de vista- Miro a Scott y nos reímos, esta chica si no ha visto a ninguno de nosotros es un milagro. No le contesto y me alejo un poco, no quiero ver a esos tortolitos juntos, pero no me doy cuenta que me he chocado con alguien hasta que veo a una chica en el suelo.
            Intento ayudarla a levantarse, agarrándola por la cintura, pero para mi sorpresa me empuja y me chilla
            - ¿Qué te crees que haces?, ¡Suéltame, no me toques!, ¿Quién te crees para ir empujando así a la gente?-y de repente se gira para mirarme, pensé que me iba a seguir, pero se quedó blanca mirándome como si fuera un fantasma  y se le volvieron a caer los libros.
            Empiezo a observarla, es una chica guapísima, que me llegaba por debajo de la barbilla, con un pelo que me recordaba a alguna famosa, ondulado y castaño, con un rostro de una piel tan suave que daban ganas de acariciarlo y que contenían unos hermosos ojos miel que no dejaban de mirarme de forma asustada. Lógico era una sirvienta se le notaba simplemente por la estropeada ropa que llevaba, nadie de mi escuela se pondría algo así.
            Se agacha para recoger sus cosas del sucio suelo de la escuela,  se da cuenta que varias de sus libretas están mojadas y exclama una maldición. Cuando intento ayudarla, se queda paralizada, y me esquiva la mirada, le entregué sus libros pero ella tuvo toda la precaución de no tocarme. Hasta que por fin levanta la cabeza y me dice tartamudeando:
            -Yo… lo… lo siento mucho, ha sido culpa mía, no volverá a pasar se lo prometo- se intenta ir pero, no la dejo, frunce sus labios, espera que le diga algo malo
            - ¿Cómo te llamas?- frunce el entre cejo pero no responde- ¿Qué como te llamas?-le repito pero sigue sin decir nada, me pone de los nervios que me mira así que la suelto para decirle que no le voy a hacer nada pero se va corriendo. Tengo la intención ir tras ella pero llega Scott.
            Ya la buscare, esto no se quedara así.





Bueno como ya dije que iba a seguir con mi cuento lo cumplo, ya lo mezclare con otras cosas :)